Notas:

• La vida es un fluir, abandonemos la costumbre de temerle. Abandonemos la costumbre de sufrir la vida y la muerte.
• Si es posible dejar de ver a muerte como algo trágico, lo ves de ese modo porque así fue como lo aprendiste, porque así se te enseño, pero puedes des-aprender y aprender a honrar y vivir tu duelo.
• Detente por un instante a mirar que la vida es un fluir y que, así como en el momento de la muerte hay un ser que se va, ese mismo ser en el momento de su nacimiento llego y ¿Dónde estaba antes?
• La muerte no tiene que ser un desaparecer, abre la oportunidad a un trascender, a un volver a ese origen de donde un día viniste. Incluso en la muerte, es el fluir de la vida haciéndose presente.
• Pausar lo aprendido sobre la muerte y observar de nuevo la vida reconociendo lo que me sostiene. Lo intangible que no puedo describir pero Sé que es lo que soy. Desde ahí me invito a reflexionar y notar que lo aprendido ya no me apoya pero lo que sé que Soy y su Universalidad es lo que me abre a ver lo que realmente es el fluir de la vida.
• Confiar en la vida y sus eventos, dejar de batallar con lo que pudiera haber sido y no fue, porque el diseño de lo que Es, lo que Somos (Dios) es perfecto y el orden de las cosas igualmente lo es.
• La experiencia humana (la mía, la de mi madre, la tuya) no es sino la expresión de eso intangible, pero aquí hemos venido a vivirla en esta forma y la transcendemos cuando lo físico deja de existir.
• Cómo cambia la experiencia muerte y pérdida cuando nos sabemos sostenidos, en perfecto orden cada momento y que esto se trata de una transformación, la mía en mi entenderlo, la de mi madre en pura energía creadora.

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